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Introducción al Luciferismo filosófico

  • Foto del escritor: edgar mirones
    edgar mirones
  • 11 oct 2020
  • 7 Min. de lectura

01 Escribo este texto como respuesta a la mala comprensión que hay sobre Lucifer. El luciferanismo filosófico no es una ideología sino un pensamiento, una visión del mundo, que toma como punto central el retorno a uno mismo. El cristianismo es ignorancia. Su doctrina está hecha para los débiles mentales que desean parte de una manada. Sea para dominarla o para someterse, su punto de referencia siempre es el otro. Jehová es un Dios del poder, del sometimiento. Él es el juego del amo y el esclavo. Creó a los seres humanos para tener a quien dominar. Ni Lucifer ni Jehová existen. Son símbolos, arquetipos de lo profundo de nuestro inconsciente. Por ello, no significa que no tengan poder. Son símbolos tan poderosos que alcanzan lo más íntimo de nuestro ser. La manera en que nos vinculemos con estos símbolos determina la forma en que vivimos y damos sentido a nuestra existencia. La persona inteligente, que ha logrado cierto autoconocimiento verdadero, descubrirá con facilidad la gran mentira que es el cristianismo. Se suelen alabar las virtudes solidarias de grupos cristianos para ayudar a los pobres, enfermos y necesitados, pero no debemos olvidar que su principal función es política. Toda iglesia es una entidad política que anhela tener poder sobre la sociedad. El individuo dueño de sí mismo siente atracción por la figura de Lucifer. Abrirse al Luciferanismo no se trata de matar gatos o personas, hacer daño a los demás o cosas así. Si fuera así, los exponentes mayores de este serían los bullies escolares, los borrachos de esquina o abusadores sexuales de mente nublada. La asociación de Lucifer con violencia o degradación es vulgar e insensata, un juicio hecho desde la moral cristiana. El luciferanismo no es un sistema moral, sino existencial. Trata de un retorno a uno mismo, a los propios instintos, al propio ser. La conducta moral y sus consecuencias es problema de cada quien. No se trata de una filosofía para la mayoría, sino para pocos y superiores. Siempre me ha impresionado la visión que tiene la religión cristiana sobre la magia. Ser uno mismo capaz de vincularse con lo sagrado por interés personal, sin la intervención de la iglesia, es considerado un gravísimo pecado. Ello me parece un reflejo de la idea que la iglesia cristiana nos busca vender sobre Lucifer. Las antiguas religiones paganas amaban la naturaleza, el cuerpo, la sexualidad y el encuentro con el otro mundo era directo. El cristianismo, en su perversión, ha transformado a lo bueno en malo. Soy una persona. Tengo carne, existo en el mundo real, tengo sexualidad y me vinculo con lo natural. El cristianismo es contra-natura. Busca que vez de amar lo que eres, ames más a un mundo fuera de este. En vez de confiar en tu propia intuición e inteligencia, te impone normas rígidas, un estilo de vida y la adoración a lo externo de este mundo. Es la alienación absoluta. El Luciferanismo filosófico exalta la vida, al ser y al mundo interior. 02 ¿Por qué hablar de Lucifer? Porque es un excelente símbolo contra toda el condicionamiento judeo-cristiano que ha invadido nuestras mentes. El solo invocar el nombre de Lucifer trasgrede a toda la rigidez cristiana. Lucifer era el ángel más hermoso. Sabemos que su nombre está asociado a la luz. Lucifer es un ángel de luz. Él se rebeló ante Jehová, quien creó a los seres humanos y los puso por encima de los ángeles. Obviamente esto es una fábula. Una poderosa y hermosa fábula. Al Luciferanismo filosófico lo que le interesa es Lucifer en tanto que se rebela de Jehová. Los ángeles son símbolo de los seres superiores. Se dice que Lucifer reina sobre los demonios, quienes son ángeles caídos. El símbolo del demonio es en realidad la sabiduría que está afuera de los cánones del pensamiento cristiano. Siempre se dice cuando alguien hizo algo malo que estaba poseído o tentado por un demonio. Es decir, el pensamiento sabio y hermoso fuera del cristianismo es considerado lo demoniaco. El símbolo de lo demoniaco debe re-interpretarse. Cuando escucho la palabra demonio no lo asocio con maldad en el sentido común de la palabra, sino en su acepción de daemon tal como lo tomaba Sócrates. El daemon es nuestra propia intuición, nuestro instinto, así como nuestro propio criterio. De esta manera, el sabio es alguien que busca la luz de Lucifer y es guiado hacia esta por medio de los demonios. Y Lucifer es comprendido como el ideal de ser dueño de la propia psiquis, de estar en sincronía con uno mismo, en vez de al servicio de una ideología alienante como lo es el cristianismo. Los teólogos cristianos nos han creado un temor a los movimientos de nuestro propio inconsciente, a nuestro cuerpo y a nuestra mente. La religión se dice que es re-ligare, el ligarse con uno mismo y con el grupo. Para mí la religión cristiana es des-ligare, es decir alienación. Es perversa. De allí que el luciferanismo es una filosofía, no una religión, o si se desea, un tipo verdadero y superior de religión que no es para la muchedumbre. 03 Me interesa existir a través de mi propia luz, no a la luz del cristianismo. La filosofía luciferina busca que la persona sea su propio centro. Muchos de los auto-proclamados satánicos viven insultando a la religión cristiana, se cuelgan una cruz invertida, rezan el padre nuestro al revés y cosas así. Aunque son cosas que tienen gracia, son manifestaciones que continúan teniendo al cristianismo como referencia. La verdadera rebelión es serle indiferente a la cruz. Olvídate de Biblias, de quemar iglesias o de maquillar la cara de la virgen maría. Eso está bien para una etapa inicial, como choque violento para despertarse del estupor que significa Cristo. Pero en una etapa de mayor maduración se debe seguir un propio camino y no quedarse en una oposición que no tiene mayor contenido que su rebelión misma. Si me rebelo es para ir hacia algo mejor. Y eso mejor es la luz de Lucifer. Digo Lucifer como podría decir Satán. Por fines didácticos de este texto doy preferencia al vocablo Lucifer por su aceptación asociada con la Luz. Principalmente lo asocio con la luz del rayo gnóstico. Piensa en un adolescente que busca rebelarse de sus padres. Es grosero, llega tarde a casa, falta a la escuela. ¿Es realmente este adolescente libre de sus padres? No. La verdadera libertad sería que se pueda mantener a sí mismo, que haga su propia vida con sus propias reglas y dejar atrás a los padres. Muchos satánicos se llaman a sí mismos de tal manera porque escuchan música metal y se cuelgan estrellas invertidas del cuello. Otros son personas hostiles que al maltrato que dan a los demás lo llaman satanismo. Otros se dedican a beber, ser promiscuos o drogarse y a eso le llaman satanismo. Otros están más interesados en criticar al cristianismo que en verdad encontrar la luz de Lucifer. Todas estas personas son como el adolescente que se rebela del padre pero aún es muy inmaduro como para comprender lo que significa la verdadera libertad. El genial Aleister Crowley decía “Haz tu voluntad, esa debe ser toda tu ley”. ¿Cómo hacer mi voluntad si no soy dueño de esta? ¿Un alcohólico o drogadicto puede hacer su voluntad? La libertad es algo muy complejo. Encontrar la luz de Lucifer es muy difícil. No es para los débiles mentales, los ignorantes o poco profundos. Un verdadero seguidor de Lucifer tiene control de su conducta, es alguien muy versado en filosofía, arte y humanidades en general y está verdaderamente enfocado. Si Lucifer no te vuelve más sabio, así como a Sócrates con su daemon, entonces no es verdaderamente Luciferanismo. La transgresión luciferina consiste en quebrar dogmas, no por capricho, sino para abrirse a algo mejor. El mismo concepto del dogma va en contra de la mente. La luz de Lucifer es la luz del pensamiento, el fuego de Prometeo, la sabiduría, lo que ilumina la oscuridad. Los dogmas de la resurrección de Cristo, la virginidad de María, los milagros en general, son venenos de la mente que tienen por intención destruir todo criterio y capacidad lógica. Quien destruye tu sentido de realidad, quien te posee con una fantasía, entonces te ha capturado. Los dogmas cristianos son abominaciones que anteponen a la fantasía por encima del mundo real y de uno mismo. Buscan volverte estúpido. Imagina que alguien te dice que existen los unicornios. Una vez que aceptas esa premisa, aceptarás todo: hadas, duendes, elfos… La resurrección de Cristo es una fantasía ridícula que busca destruir tu criterio; que te abras a ideas más estúpidas, como que una virgen puede parir a una persona. Todo ello hará que no pienses, así no criticarás la porquería que te meten en la mente. Y esa porquería hará que te subyugues a esa fuerza política que es el cristianismo. La cruz es la enemiga de la sabiduría. 04 El luciferanismo es un refugio y sendero que te aleja de la estupidez cristiana y de las religiones del mundo. Lucifer es el símbolo del pensamiento fuera de los cánones judeo-cristianos. Un pensamiento solo para mentes superiores, no para atolondrados, hipersensibles o mentalidades de rebaño. Muchos buscarán a Lucifer como adorno de su ego. Poseros que solo quieren hacer grupo de amigos y realizar fiestas. Otros usarán a Lucifer como justificación para cometer crímenes y bajezas. Solo unos elegidos, unos pocos que han evolucionado su mente y han madurado, serán capaces de conocer la luz luciferina. La filosofía luciferina no es para la manada. Jamás será algo popular. No existirán grandes templos ni gobiernos que se centren en ella. Es un camino individual y si se desarrolla en grupo, será en comunidades sumamente pequeñas y exclusivas. Jamás habrá una red internacional que sea verdaderamente luciferina. Cada grupo es independiente y el grupo está al servicio del desarrollo personal. Lucifer no está afuera, sino en el interior de uno mismo y le habla a cada persona de una manera particular. Comentarios

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