Desidentifícate de la sociedad
- edgar mirones
- 11 oct 2020
- 2 Min. de lectura
Por Edgar Mirones Son pocos los que me pueden comprender. Menos aun los que puedan seguirme. Mi mensaje no es para la mayoría. Mis palabras jamás serán (ni deben ser) populares. Lo que digo es para un grupo selecto de seres superiores que han podido ver por encima de la manada.
Anoche tuve un sueño. Estaba en un aula con varias personas. Nos ponen una película en que un grupo de gente se golpea entre sí con garrotes. Entonces, apagan la película y el encargado del lugar saca muchos garrotes y nos dice: Ahora ustedes deben hacer lo de la película. Yo le digo al encargado que es una locura. Entonces me contestó que si no quiero cogerme a golpes con los demás puedo participar del ejercicio predicando la paz y el amor. Me doy cuenta que si hago eso solo conseguiré que me partan la cabeza. Entonces, me salí del aula. En ese momento desperté.
La sociedad no es sana, es violenta. El pensamiento de la muchedumbre es una locura. No prediques el amor y la paz, sino más bien distánciate de la sociedad, protégete y cultívate. La muchedumbre no puede comprender lo profundo. Solo los superiores pueden entender la realidad de lo que señalo. Los demás exclamarán frases bíblicas sin sentido.
La religión del amor es una falsa religión. Lo más profundo del ser humano no es el amor, sino su centro, su esencia. El amor es una parte, un fragmento de una persona. Desidentifícate de la sociedad, del amor. Una religión basada en el amor es una espiritualidad del otro. Solo puedo amar si hay otro. La verdadera espiritualidad es el encuentro con lo más profundo de nuestro ser. Toma distancia del prójimo. Cristo es el pastor de un rebaño. Y toda oveja de rebaño tiene por destino ser devorada.
La luz de tu interior es el verdadero dios. Deja de amar, de odiar, de perseguir al otro. Búscate, ve a tu interior, cultiva tu mente. Entonces, la verdadera vitalidad emergerá.
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